RECUADRO 5 Un actor fundamental en el campo de las políticas de educación superior es la burocracia gubernamental, que en muchos países de la región se haya hoy dominada por el centralismo burocrático. Este se caracteriza por:
Ello hace que la toma de decisiones se procese a través de un juego de influencias -donde el clientelismo político ocupa un lugar central- que recorre todos los escalones: en el nivel más alto, los diferentes actores movilizan apoyo político (en general partidario) para tener acceso al ministro y obtener así una decisión favorable a sus demandas; en los escalones medios e inferiores, la influencia política, o las relaciones personales (cuando no el soborno) son los encargados de agilizar la tramitación de los procesos. En esta condiciones, el mérito de las propuestas o las demandas constituye un factor enteramente secundario. El caso de Brasil ofrece un buen ejemplo del modo de operación del clientelismo político. Este afecta a las relaciones de las instituciones de educación superior con los órganos centrales de decisión, relaciones que se procesan a través de los rectores. Cada rector encamina sus reivindicaciones a través de contactos personales con altos funcionarios. La atención de estas demandas depende, en alto grado, del prestigio del rector y del apoyo político que le es ofrecido por los gobernadores, diputados o senadores. Una vez atendida la demanda, su tramitación depende de que ésta sea seguida a través de los escalones intermedios, lo que también pasa a ser tarea de los rectores. Las relaciones personales establecidas con figuras clave de los escalones burocráticos constituyen un importante elemento para el éxito y la obtención de soluciones favorables, prontas y rápidas. En el caso brasileño, parte importantísima de una gestión universitaria exitosa reside en la presencia constante del rector en el Ministerio de Educación. |