América Latina: Universidades en Transición

Simon Schwartzman
Washington, Organización de los Estados Americanos, Colección INTERAMER, nº 6, 1996

PRESENTACIÓN (Antônio Octávio Cintra)



De los niveles educativos, sin duda es la educación superior el que más indagaciones y controversias suscita hoy en día, tanto en la política pública de los países, como en la definición de prioridades de los bancos y otros organismos multilaterales. En verdad, la fijación de los temas y enfoques en la política de la educación superior --su perfil ideal, roles, formas de financiación, entre otros-- surge, actualmente, en buena medida, de la interacción de esas entidades con las autoridades nacionales.

Hay un gran debate sobre en qué medida la educación superior debe merecer inversiones públicas, cuando persisten inmensos deficits en la provisión de la educación básica. Además de argumentos basados en la teoría de las tasas de retorno (que, en un cierto momento, se creyeron más altas en la educación básica), se ha apuntado también hacia la perversidad distributiva que resulta de financiar con recursos públicos la educación superior para las capas privilegiadas.

Sin embargo, aunque la provisión de educación superior no sea un capítulo de la política social --si hay un derecho a la educación básica, lo mismo no se aplica a la educación superior-- tampoco puede ser descuidada por los gobiernos. La educación superior tiene importancia para el desarrollo general de la sociedad y desempeña un papel esencial para el mismo sistema educativo.

El moderno proceso de desarrollo es intensivo de conocimientos. Los países que quieran permanecer competitivos en el contexto de globalización económica necesitan estar al día con los progresos científicos y tecnológicos, y es la universidad uno de los más, si no el más, importantes centros de producción y diseminación de conocimiento científico y tecnológico en la sociedad.

Además, sin un buen desempeño de las universidades y otras instituciones proveedoras de la educación superior, sufrirán los otros niveles educativos. Aquí se destacan no solamente la formación de maestros y administradores escolares, sino también la generación de conocimientos que serán suministrados en la educación básica y secundaria. Formación de maestros de primaria y secundaria y generación de conocimientos son actividades que muy típicamente se esperan de las instituciones de educación superior dentro del sistema educativo.

La relevancia de la educación superior requiere, por lo tanto, políticas gubernamentales explícitas. Para formularlas, es necesario contestar algunas preguntas como paso preliminar a la toma de decisiones.

Sobresalen, entre esas preguntas, las relacionadas a la diversificación de los sistemas de educación superior que, en la gran mayoría de los países de América Latina, se componen no sólo de universidades, sino también de un creciente sector no-universitario.

A pesar de la presencia y tamaño del sector no-universitario, hay países que todavía resisten a reconocer públicamente su importancia y funciones. Lo encaran más bien como una anomalía. Implícitamente, se juzga que toda la educación superior deba concentrarse en universidades, donde se practiquen, como funciones indisociables, la enseñanza, la investigación y la extensión. Pero es una insensatez negar la realidad y proponerse una meta inalcanzable e indeseable, o sea, la reducción de la educación superior a la que se produce en las universidades.

Un aspecto correlativo de la indagación anterior es el papel del sector privado en la educación terciaria. Aunque su importancia y tamaño varíe mucho entre los países, su función en el sistema de educación superior debe ser discutida sin prejuicios y ser objeto de políticas deliberadas. Al igual que en el caso del sector no-universitario, la actitud hacia el sector privado tampoco debe ser de malestar y, en la hipótesis más favorable, una aceptación resignada de los policy makers.

La discusión de la política pública hacia el sector privado induce el examen de un asunto central, el de la financiación de la educación superior. ¿Se justifica pasarle recursos públicos a las instituciones no-estatales, a través de, por ejemplo, subvenciones o crédito educativo?

La financiación es un problema más vasto; sin embargo, involucra, entre otros, cuestiones sobre la conveniencia de diversificación de las fuentes de recursos para las universidades públicas, la recuperación de costos en esas instituciones, y la interacción de las instituciones públicas y privadas con el sector productivo, a través de la venta de bienes y servicios.

La calidad de la enseñanza y de la investigación en las instituciones de educación superior, y el papel de la evaluación y autoevaluación, son otros tópicos de gran actualidad en la política educativa.

En este momento en que la integración gana substancia en el Hemisferio, hay urgencia de atacar los problemas de la educación superior por el significativo papel que juega en el desarrollo científico, tecnológico y de los recursos humanos. Algunas políticas deberán ser fijadas en común por los países, entre ellas las de acreditación y reconocimiento de títulos y diplomas. Mercados integrados van a requerir, entre otras cosas, mayor circulación de mano de obra calificada. La equivalencia de estudios se vuelve un tema crítico.

El conocimiento de la realidad del sector de educación superior en América Latina es un primer paso para pensar políticas concertadas. El libro del Profesor Simon Schwartzman, que ahora integra la colección INTERAMER del Departamento de Asuntos Educativos de la OEA, aumenta nuestros conocimientos sobre el asunto. El libro resulta de un estudio solicitado a Schwartzman por el Proyecto Multinacional de Educación Media y Superior (PROMESUP), responsable por promover la cooperación educativa entre los países de América Latina y el Caribe sobre los temas de la educación en esos dos niveles, particularmente en la interdependencia entre ellos.

El Profesor Schwartzman es uno de los más destacados científicos sociales de Brasil, autor de una considerable obra, internacionalmente reconocida, en los campos de la ciencia política y la educación. Este libro examina los aspectos más representativos de la problemática de la educación superior en América Latina, bajo un clarificador enfoque comparado. El texto es enriquecido por un estudio pionero del sector privado en la educación superior de Brasil, realizado por la Profesora Eunice Durham y Helena Sampaio.

Este libro será, seguramente, un texto de base para la comprensión de un sector estratégico del sistema educativo en América Latina.